SITIOS ARQUEOLÓGICOS EN TABASCO
Zonas Arqueológicas de TABASCO
El Estado de Tabasco es un destino de gran trascendencia para el turismo tanto nacional como internacional, ya que es considerado la cuna de la Cultura Olmeca. Con el regreso gradual a la normalidad, el turismo también está comenzando a recuperarse, con visitantes ansiosos por aprender más sobre el rico patrimonio cultural de la región. Tabasco cuenta con un total de ocho grandes zonas arqueológicas, las cuales se encuentran repartidas por todo el territorio del estado.
Comalcalco, La Venta, Malpasito, Pomoná, Moral Reforma, Santa Elena, San Claudio y Panhalé son los ocho sitios arqueológicos más importantes de Tabasco, cada uno con sus propias características únicas y significado histórico. Si bien algunos de estos sitios pueden ser más conocidos que otros, todos se consideran importantes para aquellos interesados en explorar el pasado prehispánico del estado.
Los municipios de Comalcalco, Huimanguillo, Balancán y Tenosique son particularmente ricos en cultura olmeca, aunque hay otras áreas dentro del estado que también tienen importantes sitios históricos por descubrir. Los tabasqueños se enorgullecen de su herencia precolombina, y esto se refleja en la presencia de monumentos como el dedicado al mítico cacique Tabascob, quien le dio nombre al estado.
La región fue explorada por primera vez por los españoles en 1518, cuando el capitán Juan de Grijalva llegó a la desembocadura del río que se conocería como río Tabasco. Hoy en día, muchas de las zonas arqueológicas del estado permanecen inexploradas, lo que ofrece un futuro prometedor para futuras investigaciones sobre el pasado prehispánico de Tabasco.
Uno de esos sitios que está abierto al público es Comalcalco, una ciudad conocida por su arquitectura de ladrillo única y modelos de estuco bellamente decorados. La ciudad estaba ubicada en una zona altamente productiva para el cultivo del cacao, y su cercanía con el Golfo de México permitía el intercambio cultural y político con otras ciudades mayas del período Clásico, como Palenque. Los olmecas, que recién fueron descubiertos por el mundo moderno a principios del siglo XX, también han dejado una huella significativa en la región.
Las exploraciones formales en la importante metrópolis de La Venta, cerca del río Tonalá, marcaron el descubrimiento de un complejo cultural donde se evidencia que esta sociedad mesoamericana temprana poseía conceptos urbanísticos avanzados, como lo demuestra la orientación norte-sur de la ciudad, que se desvía 17 grados al oeste por razones astronómicas.
Comalcalco
Comalcalco es un antiguo sitio arqueológico maya ubicado en el municipio de Comalcalco en el estado mexicano de Tabasco. Se encuentra a unos 60 km de Villahermosa y se considera el sitio maya más occidental. El sitio se conocía originalmente como Joy Chan, que se traduce como "Cielo rodeado" en maya. Las ruinas de Comalcalco datan del período Clásico Maya, del siglo I aC al siglo IX dC, y consisten en una necrópolis construida con ladrillos y estuco de concha de ostra.
La ubicación de Comalcalco es en la zona central de Chontalpa, en la margen este del río Seco, entre los restos de lo que alguna vez fue un inmenso bosque tropical. La característica más notable de Comalcalco es el uso de ladrillos en su construcción, lo cual es resultado de la escasez de materiales pétreos en la región.
El asentamiento prehispánico cubre un área de 72 hectáreas (7 km²) e incluye varios conjuntos arquitectónicos y sistemas constructivos, como cimientos de tierra compactada cubierta con concha de ostra de cal aplanada y construcciones de mampostería de ladrillo. Los edificios fueron decorados con modelos de estuco que también fueron pintados en colores como rojo, azul, verde, amarillo y negro, para ocultar los ladrillos.
En junio de 2011, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) anunció el descubrimiento del que podría ser el primer cementerio maya, con un total de 116 entierros funerarios de más de mil años, ubicado en tres montículos en la periferia de la ciudad. En noviembre de 2011, el INAH también anunció el hallazgo de una segunda inscripción maya que anunciaba la famosa profecía del fin de una era del calendario maya, en la fecha mítica del 21 de diciembre de 2012, en una pieza conocida como el ?Ladrillo de Comalcalco ?.
El sitio fue dado a conocer por primera vez por el explorador francés Désiré Charnay quien visitó el sitio del 12 al 22 de septiembre de 1880 y publicó varios artículos al respecto en la revista North American Review entre 1880 y 1882, así como en su libro “Les anciennes villes du Nouveau Monde” en 1885. Desde entonces, Comalcalco ha sido visitado por numerosos viajeros como Frans Blom y Oliver La Farge en 1925.
Aunque se realizaron algunas excavaciones en 1892, no fue sino hasta 1956 que se iniciaron las investigaciones de especialistas mexicanos y norteamericanos como Ekholm, Román Pina Chan, Andrews y Peniche.
Reforma-Moral
La Zona Arqueológica Moral-Reforma es un antiguo sitio maya del período Clásico. Se encuentra en el municipio de Balancán, en el estado mexicano de Tabasco, en las planicies de inundación del río San Pedro Mártir cerca de su desembocadura en el río Usumacinta. Se encuentra a 15 km al oeste de El Triunfo, 20 km al este de Balancán de Domínguez y 35 km al noreste de Tenosique de Pino Suárez.
El sitio forma parte de un grupo de ciudades mayas de la cuenca del Usumacinta, como Pomoná, San Claudio, Palenque, Bonampak, Yaxchilán y Piedras Negras. Es similar a Tikal en Guatemala y Río Bec en Campeche. La ciudad maya, conocida como Moral-Reforma, fue un puerto fluvial que alcanzó su apogeo alrededor del año 600 d.C. El sitio, ubicado junto a la comunidad rural de Reforma, tiene un área de 87 hectáreas y al menos 30 montículos, algunos de los cuales pueden cubrir grandes pirámides. Fue abierto al público en octubre de 2009.
Se desconoce el nombre original de la ciudad, a pesar de la presencia de un Glifo emblemático en la Estela 1, que es ilegible. El sitio ha recibido varios nombres a lo largo de los años, incluidos "La Reforma II", "Moral", "Morales" y "Acalán", antes de recibir su nombre actual en 1993 por el arqueólogo Daniel Juárez del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
La primera referencia al sitio fue hecha por el arqueólogo Teobert Maler en 1907, cuando escuchó historias de los lugareños sobre grandes montículos de tierra en el sitio durante una expedición. La región oriental de Tabasco, donde se encuentra el sitio, se dividió políticamente en varias ciudades de rango modesto, incluidas Pomoná, San Claudio, Santa Elena y Moral-Reforma.
Pomoná es el más conocido de estos sitios, pero Santa Elena y Moral-Reforma también son significativos. Los tres sitios tenían complejas redes de relaciones con ciudades vecinas, como Palenque, Piedras Negras, y sitios más distantes como Toniná, Yaxchilán, Calakmul y Tikal. La ciudad de Moral-Reforma existió mil años antes de la llegada de los españoles y tuvo su apogeo entre los años 622 y 756 dC, bajo el reinado del llamado rey de Moral.
La ciudad fue utilizada para la agricultura y el comercio a través de los ríos San Pedro Mártir y Usumacinta. La ciudad tenía una larga historia, con asentamientos que comenzaron en el 300 a. C. y abandono en el 1000 d. C. Inicialmente, la ciudad comenzó como un asentamiento tipo aldea, pero gradualmente ganó importancia como un centro de control de tráfico en el río San Pedro Mártir, facilitando la comunicación y el intercambio de mercancías entre los pueblos mayas del Petén guatemalteco y los del Golfo de México.
Su ubicación estratégica la convirtió en objetivo de poderosas ciudades vecinas como Palenque y el eje Calakmul-Piedras Negras, que buscaron controlarla durante muchos años. Se sabe que Reforma Moral realizó alianzas políticas con los señoríos de Calakmul (Kaan) en el año 662 y con Palenque (Lakam Ha) en el año 690 d.C. C., para posteriormente hacia el 750 d. C. convertirse en cabeza de una pequeña provincia independiente en la región del río San Pedro Mártir.
Malpasito
Malpasito es un sitio histórico que estuvo ubicado en la confluencia de los estados de Chiapas, Veracruz y Tabasco. El sitio fue ocupado por grupos de filiación zoque entre los años 600 y 900 dC y albergaba una modesta ciudad que servía como centro político y económico de una pequeña provincia que se extendía entre las sierras de La Pava y Amacoite.
El sitio fue un punto de cohesión para asentamientos menores ubicados en las laderas de los frentes montañosos, y su clima tropical húmedo favoreció la abundancia de recursos naturales y buenas condiciones para los cultivos de maíz y cacao. Los habitantes de Malpasito se caracterizaron por su tradición alfarera, que presentaba acabados en blanco o crema, e innovaciones adquiridas de la costa del Golfo de México, como la cerámica fina de color naranja, que fueron adaptadas y desarrolladas localmente.
Se cree que Malpasito estuvo sujeto a sitios más importantes ubicados en el noroeste de Chiapas, como San Antonio y San Isidro, con los que comparte rasgos culturales en cuanto a cerámica y arquitectura. Los pobladores de estos sitios fueron posiblemente los ancestros del cacicazgo zoque de quechula, que fueron encontrados por los conquistadores españoles.
La zona arqueológica de Malpasito tiene una ubicación estratégica en la ladera de la montaña y entre dos barrancos que delimitan el único acceso en el extremo noreste. La parte monumental del sitio ocupa un área de 14 hectáreas y cuenta con 53 edificios. La arquitectura se distingue por el uso de andenes rectangulares construidos con rocas de arenisca labrada y unidas con argamasa.
En el ámbito cívico-ceremonial, estas construcciones se distribuyeron de manera planificada, tanto en la parte superior como en los peraltes de terrazas artificiales, lo que implicó el manejo de conocimientos de ingeniería para integrar los elementos arquitectónicos al paisaje fisiográfico. En la zona residencial, en cambio, la ubicación de las edificaciones estuvo determinada por el relieve, las fuentes de agua y el fácil acceso a los espacios agrícolas.
Por esta razón, se eligieron colinas bajas, como se observa en la parte norte del sitio. Estas plataformas posiblemente sostenían casas o templos cubiertos con altos techos troncocónicos, construidos con materiales perecederos como madera y algún tipo de guano o pasto. El sitio de Malpasito es un importante sitio histórico que permite conocer las prácticas culturales, arquitectónicas y agrícolas de los antiguos habitantes de la región.
La Venta
La ciudad olmeca es considerada la civilización más antigua conocida en Mesoamérica, caracterizada por su trazado planificado y arquitectura monumental. La ciudad estaba formada por plataformas que se alineaban en ejes de norte a sur para crear avenidas y espacios abiertos. Se cree que la ciudad comenzó a poblarse alrededor del año 5000 aC y que 600 años después ya había desarrollado una cultura muy avanzada.
Las grandes estructuras de la ciudad estaban hechas de tierra compactada, lo que fue un logro notable dado que las canteras de este material estaban ubicadas lejos. Además, se utilizó alquitrán en la construcción de estas estructuras, que se elevaban hasta 30 metros en amplias terrazas. Una de las características más impresionantes de la ciudad olmeca son las monumentales esculturas de piedra, algunas de las cuales pesan hasta 35 toneladas.
Estas esculturas fueron traídas de muy lejos, específicamente de la zona del Golfo de México, y fueron talladas con extraordinaria maestría para recrear la figura humana o combinaciones de esta con la de animales para plasmar seres fantásticos. Los olmecas también dejaron ofrendas subterráneas muy copiosas en las que abunda el jade, lo que lo convierte en un ejemplar único en el México antiguo de esa época.
Se cree que la ciudad olmeca fue el hogar de una sociedad compleja y probablemente jerárquica que se sustentaba a través del intenso cultivo de maíz y yuca, que los olmecas domesticaron relativamente temprano y obtuvieron hasta tres cosechas anuales. Supieron aprovechar la riqueza de los suelos aluviales muy húmedos y los abundantes depósitos y corrientes de agua, específicamente el río Tonalá y sus afluentes, así como un ecosistema rico en plantas y animales comestibles.
Alrededor del 400 a. C., la extensión original del sitio se estimó en 200 hectáreas. Los preciados vestigios de la ciudad se agrupan en cuatro complejos, cada uno con sus propias características únicas. El Complejo A corresponde al recinto ceremonial, cuyo patio norte limita una serie de columnas de basalto. El Complejo B es un vasto espacio ceremonial en una plataforma impresionante, al norte de la cual se encuentra la Acrópolis de Stirling.
El Complejo C contiene la base piramidal más alta, la Gran Pirámide, en la que se descubrieron seis espléndidas esculturas de seres fantásticos. El Complejo D consta de más de 20 andenes, sobre uno de los cuales se encontraron dos esculturas conocidas como “altares”, también de excelente calidad. En 1955, al excavar en el andén norte, el arqueólogo Eduardo Contreras encontró una rica ofrenda compuesta por 16 figurillas de individuos masculinos, todas talladas en diferentes piedras verdes y enmarcadas por una hilera de hachas.
Este hallazgo, conocido como Ofrenda 4 de La Venta, conmemoró un hecho político-religioso ocurrido hace aproximadamente 1.300 años y actualmente se exhibe en el Museo Nacional de Antropología. La visita a la ciudad olmeca se enriquece aún más con el Museo de Sitio , que complementa la visita con la exposición y explicación de más de 200 objetos originales de piedra, cerámica o jade, así como dioramas y maquetas realizadas por expertos.
pomona
La zona arqueológica de Pomoná, también conocida como Pakbul según las inscripciones jeroglíficas, es un lugar crucial para comprender las adaptaciones y formas de vida de los mayas durante el período Clásico. Este sitio, ubicado en un área de transición geográfica entre las tierras altas y las llanuras, desempeñó un papel importante en el desarrollo sociopolítico del pueblo maya.
Los diversos y significativos monumentos con inscripciones encontrados en Pomoná brindan valiosos conocimientos sobre las relaciones políticas de la civilización maya, específicamente con poderosos señoríos como Palenque.
Entre los años 600 y 800 d.C., Pomoná surgió como una entidad política independiente y su posición geográfica estratégica le permitió jugar un papel protagónico en el intercambio cultural entre los sitios contemporáneos del alto y bajo Usumacinta. Esto generó dependencias en sitios como Panjalé, Boca del Cerro y Chinikihá, así como conflictos territoriales con señoríos como Palenque, Piedras Negras y La Mar.
El sitio de Pomoná cubre un área de aproximadamente 190 hectáreas, caracterizada por cerros ubicados cerca de la margen izquierda del río Usumacinta, que marca el límite entre la sierra norte de Chiapas y la llanura de Tabasco. El trazado urbano es disperso, con seis grandes conjuntos arquitectónicos ubicados en terrenos elevados no inundables. Hasta ahora, solo se ha investigado el Conjunto 1.
Algunos de los hallazgos más notables en Pomoná incluyen la lápida del escriba, una estela con un alto dignatario, una máscara del dios sol-jaguar del inframundo, excéntricos cuchillos de pedernal, un busto de un personaje maya, lápidas talladas del Edificio 4 , y una figura de un anciano con barba y sombrero. Estos artefactos se pueden ver en el Museo de Sitio de Pomoná.
san claudio
Es un sitio maya antiguo único y fascinante que ha sido ampliamente estudiado por arqueólogos e investigadores. Este sitio es conocido por su rica historia y significado cultural. Se cree que el sitio fue ocupado por la antigua civilización maya entre los períodos Clásico Tardío y Clásico Terminal (600-900 dC).
La civilización maya fue una de las culturas antiguas más avanzadas y sofisticadas de las Américas, conocida por su impresionante arquitectura, su avanzado conocimiento astronómico y su complejo sistema de escritura. Las primeras exploraciones en San Claudio, realizadas en 1997, expusieron parcialmente una estructura piramidal de aproximadamente 12 metros de altura y una plataforma habitacional, ambas en el sector más cercano a la laguna.
La ciudad maya de San Claudio, al igual que otros pueblos de la región del río San Pedro Mártir, logró desarrollar una economía complementaria basada en la explotación y comercialización de obsidiana y pedernal, logrando una importante red de comercialización con otras ciudades mayas de la región.
En San Claudio se encontraron cientos de objetos de pedernal, tanto en forma de productos terminados y usados, como objetos desechados en algunas de sus etapas de producción; sin embargo, el hallazgo más voluminoso fue un depósito de desechos de talla usados. como relleno frente a una base piramidal.
En el sitio se ubicaron 94 construcciones de piedra, dispersas en un espacio de 70 hectáreas, conformadas por basamentos piramidales, andenes y un juego de pelota distribuidos en cinco grupos arquitectónicos, ubicados sobre una sucesión de cerros bajos que separan la amplia planicie de inundación. de la sierra Asimismo, se han descubierto 35 entierros funerarios con una orientación de 11° noreste, que es la disposición general que presenta la antigua ciudad. De estos se conocen algunas de las costumbres de sus antiguos habitantes, que en general corresponden a tradiciones mayas prehispánicas.
En la arquitectura formal del sitio predomina la construcción de edificios residenciales organizados en torno a patios rectangulares de acceso restringido, aunque también existen estructuras de carácter ritual, como algunos templos y un juego de pelota.
El hallazgo más reciente es el posible observatorio prehispánico, ubicado sobre el montículo de la Estructura 12. Esta estructura es un basamento común de 2,5 metros de altura que, a su vez, tiene otros dos un poco más altos en los extremos norte y sur.
Panhalé
Panhalé, o también llamado Panjalé, es un sitio arqueológico de la cultura maya precolombina ubicado en el municipio de Tenosique en el estado mexicano de Tabasco.
Esta ciudad maya ubicada en el oriente del estado de Tabasco, pertenece a las ciudades de la cuenca del Usumacinta, como Pomoná, Moral Reforma, Palenque, Bonampak, Yaxchilan y Piedras Negras, y pertenece al grupo de poblaciones de mediana importancia, a al igual que sus vecinos Pomoná, Santa Elena y San Claudio.
El sitio arqueológico de Panhalé, palabra maya que significa “reflejo del agua”, se encuentra a orillas del río Usumacinta, en lo alto de un cerro, a unos 5 km de la ciudad de Tenosique de Pino Suárez. Se encuentra en el margen derecho del cañón Boca del Cerro, que es la última montaña que cruza el río Usumacinta antes de salir de la llanura de Tabasco.
Panhalé, tiene varias estructuras y en el sitio se encontró la llamada Estela I, que data de alrededor del año 830 d.C. C. en el que se observa el glifo de la vecina ciudad maya de Pomoná.
a importancia de Panhalé en la época prehispánica consistía en servir como mirador y puesto de control. Desde este lugar, los mayas controlaban el paso de las embarcaciones que transitaban por las aguas del río Usumacinta.
Debido al carácter estratégico del cañón Boca del Cerro para controlar el paso de mercancías y personas, muchas fueron las ciudades mayas que intentaron ejercer su dominio sobre este punto. Los glifos-emblemas encontrados en las ciudades de Palenque, Toniná, Piedras Negras y La Mar se encuentran en contextos bélicos, lo que sugiere que las ciudades libraron constantes guerras para controlar el paso estratégico del Usumacinta en el cañón Boca del Cerro.
Este punto funcionó como una puerta fluvial que conectaba los sitios de la planicie costera del Golfo con los del alto Usumacinta y sus numerosos afluentes que descienden de los Cuchumatanes, las tierras altas de Chiapas, el Petén guatemalteco y las montañas mayas de Belice.
santa elena
Santa Elena (en maya: Wak'aab'-[h]a') es un sitio arqueológico perteneciente a la cultura maya precolombina, ubicado en el municipio de Balancán, en el estado mexicano de Tabasco. Santa Elena pertenece a las ciudades de la cuenca del Usumacinta, como Pomoná, Moral Reforma, Palenque, Bonampak, Yaxchilán y Piedras Negras.
Se ubica al oriente de Tabasco, y fue una población de mediana importancia, junto con sus vecinas Pomoná, Moral Reforma y San Claudio, con quienes practicó un intenso intercambio comercial. Actualmente, Santa Elena es una zona arqueológica que está siendo explorada por el INAH, por lo que el sitio se encuentra cerrado al público.
El título real, o glifo emblema, de esta ciudad maya fue identificado recientemente por David Stuart, por lo que se sabe que el nombre original era Wak'aab'-[h]a' y fue la capital del señorío del mismo nombre . El nombre moderno hace referencia a la población del mismo nombre más cercana al sitio arqueológico.
El sitio arqueológico de Santa Elena está ubicado en la margen izquierda del río San Pedro Mártir, a 95 kilómetros al sureste de la ciudad de Balancán de Domínguez, cabecera municipal de Balancán, en el oriente del estado de Tabasco, cerca de la comunidad de La Asunción. , en los límites del municipio de Tenosique, lo que generó una disputa entre los dos municipios por la ubicación del sitio arqueológico.
Este asentamiento arqueológico se encuentra a un nivel comparativo con otros sitios mayas, especialmente en arquitectura, escultura, monumentos y extensión, ya que cuenta con edificaciones monumentales en cuyas características arquitectónicas se pueden identificar muros de mampostería, vigas, escalinatas, patios, andenes escalonados y un juego de pelota en las cuales había lápidas glíficas adosadas a los taludes interiores.
Durante las exploraciones realizadas en la década del 70, en estos cuyos (montículos) se encontraron cuatro estelas de roca caliza, estilo palencano, todas presentando glifos en el frente, tres de estas fueron encontradas adosadas al juego de pelota, y para protegerlos de los saqueos fueron trasladados en 1986 al “Dr. Museo José Gómez Panaco” en la ciudad de Balancán de Domínguez.
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